En la habitación del hotel “El farol” de Casma, en la costa norte del Perú, el sonido del cassette me despertaba con la melodía de “Sábado corto”, canción muy famosa por entonces, del cubano Pablo Milanés. Solía salir a las cuatro de la mañana a correr, iba a buscar a los buzos que retornaban del mar con la bolsa de malla llena de caracoles.  Me quedé mucho tiempo en Casma. Ya tendría que haberme regresado a Lima, pero quería completar las toneladas de caracoles que tenía como meta juntar. Por entonces el país vivía las amenazas terroristas de Sendero. Yo ya había vivido la experiencia de buscar entre los muertos a mi amigo. Nunca supe si fue asesinado por Sendero o por el ejército. Solo recuerdo sus restos dispersos en el desierto de Casma. 

Años después, recuerdo seguir buscando los restos de mis amigos. Tarata-Miraflores Lima y en el Centro comercial “El polo” (2002). Otra vez,  buscaba a mis amigos entre el olor a anfo y pólvora y, solo encontraba zapatos. Creo que estas búsquedas marcaron mis escritos en una línea infinita de no olvidar aquellos tiempos. Recorrer el país y conocer su cultura ancestral era mi meta y creo haberla cumplido. Aventurarme en búsqueda de tesoros enterrados es mi hobby, leer poesía mi pasión. Escribir me lleva a reconocer que cada verso multiplica y  confirma mi existencia en este breve espacio que es la vida.

Soy Aquiles Bramón, y escribo.

aquiles bramon, poeta

poemas


“Cuando empezaron a desaparecer

como el oasis en los espejismos

a desaparecer sin últimas palabras

tenían en sus manos los trocitos

de cosas que querían”.

Mario Benedetti-“Desaparecidos”

Ausente

Cien preguntas arraigadas en la resma, quiero soltar

siete veces tres anuarios que no nos hallamos.

qué lapso de navidades sin tus abrazos.

siete veces tres, velas encendidas sin tus aplausos,

sin un fuego que saciar, cegando mi pupila

de tordos atardeceres.

Cien preguntas o solo una para calmar el estómago.

Perdido en el óbito de la estación

congelando tu imagen de lluvia

no sé, si a los seis o a los quince, quizás hoy

remedo contable de antaño.

Sesenta segundo tu ausencia,

sumaron al pino su encorvado talle

veintiún son las equis de mi pared

rodeando tu foto.

Foto que pasearon calles de reclamos sordos.

Se llevaron tus libros y tus pasos

Solo la venda en tus ojos despidió nuestras lágrimas.




“Una rápida sombra sobrevino.

Entonces, hondos bajo una frente, vi unos ojos

Llenos de compasión, y hallé temblando un alma

Donde mi alma se copiaba inmensa”

Luis Cernuda “Lázaro”



Nictálope


Apetito de piedras azogadas

ecos de clamor en la ventana del averno

corriendo a la sombra.

Soportando el plúmbeo dolor

del vulnerador catéter

en la mañana de bilis.

Bañado en suero,

amando mis ruinas

reclamo en eructos el desagravio

la intermitencia de tu latir.

Alimentando de humus la sonda del alma

tiritando de miedo sin valeriana

las heridas salitrosas del llanto acólito

al reposo de escarlata coaguladas.

Mudo silencio, -¡despiertan los gritos!

Desenmascarando la fiebre

tras el helado pasillo hospitalario

que me arropa y calcina

soñando retornos a un tiempo ajeno.

Probando naranjos de jarabes sin destino.

dibujo de susana saco



Soledad pensativa

sobre piedra y rosal, muerte y desvelo

donde libre y cautiva,

fija en su blanco vuelo,

canta la luz herida por el hielo.

Federico García Lorca



Anosmia

Oscuros avernos

subyugan los pasos,

embadurnada de aromas invisibles

Respiro signos de interrogación

Rasguñando añejas caricias deseadas

Se yergan en tantos nada, la esperanza

dando la espalda a la algazara tristona.

Sumando siete veces siete, más los años flemáticos

del día destripado de mi eternidad

Reconociendo mi esperpéntica sombra

en la taza negra sin aromas

Mi cuerpo se reseca entre muros de mohos

gobernando mi alma que huele a lágrimas secas

Deseo no dormirme esta noche

Quiero escuchar el murmullo de las amapolas

que no gozo.

Y estar sola completamente sola

Ser un anacoreta y condenar a la soledad

Abofetear la neblina de mis sueños

Convertir la oscuridad en canción

Llenando de melodías los sueños de la lluvia.




Aquiles A. Bramón Pérez (Lima, 1965)
Llector ávido y empedernido, cuyos textos han aparecido en la revista literaria “Los malditos puéticos”, Santa Rabia Magazine, y la importante revista chilena Letras.s5, ha participado en el curso taller “Estructuras narrativas” en homenaje a José Antonio Bravo dirigido por el profesor Mario Suarez Simich y en el Taller de poesía de Andrea Cabel en la Escuela de Edición de Lima. Ha sido invitado a leer sus escritos en la Casa de la Literatura y en la Cámara popular del libro, y en el Coloquio internacional Vallejiano “Por la literatura infantil y los derechos del niño”.