Mi nombre es Liliana Miranda y nací en Lima. Fui una niña extrovertida, me gustaba el ballet, cantar a todo pulmón, actuar, recitar poemas. Entre mis cursos favoritos estaba el Lenguaje y en un concurso de ortografía le gané a todo secundaria, lo que me hizo ganadora de una hermosa lata de acuarelas italianas. También corría, era veloz. Más adelante, el atletismo me permitiría obtener 75 medallas. No era consciente que todo eso lo llevaba en la sangre y tampoco de que me lo iba a guardar, excepto el deporte, al asumir muy joven el matrimonio y a mis queridos hijos.  

Pasaron los años y todo ese quehacer inconcluso empezó a reclamar su espacio a una edad mediana, con una fuerza tremenda. Participé en talleres, y estudié fotografía. Toda esa exploración interior la canalicé en Aligerando mi paso, mi primer libro de poesía, y al que le seguiría años después Piel de Setiembre (2012), donde también dialogan poemas y fotografías.

portada del segundo libro de liliana

La poesía es un modo de percibir el mundo, una sensibilidad especial: un regalo. Me permite fluir, me ordena, me acompaña, me cuestiona. Transita entre dunas, abismos, columpios y acertijos; en constante búsqueda a través de caminos libres, empedrados y atajos.

He participado en distintos festivales de poesía en el Perú y el extranjero, al igual que en algunas antologías.

Hoy formo parte de Monólogos Femeninos Perú, con mi personaje de Lola Flores, tremendo poema de mujer. Soy la que fui.

en "monologos femeninos" actuando de lola flores


poemas

Desde el cristal


Arrastrabas tus trapos  

bordeando muros

en las aguas celestes

Tu pañuelo seco

ajustaba tu cara

que asomaba

como una tortuga

Perdiste el derecho

a que el sol reviente tu piel desnuda

o el frío te ponga morada

si así lo hubieras querido

Arrastras tus trapos tristes

tus trapos lentos

Arrastras tu cárcel

Tus brazos sin coyunturas

y tus uñas sin raíz




El jardín de Niurka



Floripondios traen a colación

las barbas y el sonido acústico de su voz

Manos crispadas entre los fierros

Guayaba fresca y arte

en el pocillo

El jardín de Niurka presume orquídeas

del más alto rango

Un árbol de plátano manzano y

Mangos de tersa piel

Columpia el recuerdo la gaveta

Parpadea la estrella

Irma, furibunda

echó por tierra al aguacate

y al ras sus frutos

en diciembre esparce

Etérea Niurka

desempolva cuentos de amor

de largos silencios y furtivas despedidas

La pasión aún

l a t e

frases trazan el aire

Mengua el llanto

la luna.


Pájaro marfil


Bebiste el asfalto

En sus ojos café


De luto el mediodía

Fuste el desayuno,

Come.


Lagrimales, ríos

Lagos extenuados

Mis ojos vacuos,

Come.


Cuervos

Cataratas mis tímpanos,

Come.

Crines mis posaderas

Mis miedos,

Come.

Cerrojo en tus llagas

Morocho,

¡Come!


Soberbias tú y Elisa,

Madre

Rojas como la candela

Mis pesadillas,

No creces - C o m e


Hueles desde lejos, Cuervo.

Me atosigas, Cuervo.


Roja mi rabia,

Secos mis pozos


Rojo discordia

Rojo obediencia

Rojo el odio de

Tu ternura.


Por mi culpa, por mi culpa, 

Por mi grandísima culpa.


Agua, fuente de tortura y alivio.

Me permito desnudo.


Me embadurno de excremento fresco

Tallo plumas en mis fronteras

Asomo la reja entreabierta


Música de mil trompetas

Laberinto de pájaros

Elevo mis alas en libertad


Hacia el fuego de tus cabellos desafiantes,

Dogaresa.

Pájaro sumiso, cuerpo lascivo.

Lunar blanco en tu larga seda negra, tiemblas.


Negro escarbas la herida oculta

Candil rojo tras las cortinas

Amiga, Amante, Novia.

Se encienden las colillas.


Memoria en la esquina del diván.


Aguasal en mis orejas, peina mi cráneo

su obsesión. Agua fresca de arroyo que reanima.


Tu cuerpo un vuelo rasante, hostia en mi lengua.

Mi espíritu, una duda en llamas. Recuerdo, granada, fulgor.


Agua turbia en Venecia –


Musa Inerte, Incapaz, Expuesta, Viscosa.

Pulsión, llanto, entrega, éxtasis, terciopelo.


Audaz pájaro marfil.


Gajos,

de un impetuoso sueño.