Soy una persona apasionada por la literatura. Curioso intelectual, amante de la lectura. Descubrí la poesía en devenir de mi vida. Entre el canto de las olas y el vaivén de los recuerdos. Me alimento de todo aquello que me pueda transmitir sensibilidades como la poesía, pintura, música etc. Me he aventurado a escribir algunos textos, que impacientes desean descubrir el mundo.
En este camino, entendí que debería nutrirme de otros poetas y asistí a talleres de poesía y narrativa y así conocí al escritor Cronwell Jara en el Centro Cultural de la Universidad Federico Villarreal de quien fui alimentando mi curiosidad, asimismo en la Universidad San Marcos, con el maestro Marco Martos, con el escritor Oswaldo Reynoso en la Cámara Peruana de libro, en el centro de estudio Antonio Cornejo Polar, con Carmen Ollé.
Ahora ultimo concluí un taller interesante de poesía con Andrea Cabel quien me brindó herramientas para afilar mi labor poética. Estos maestros fueron orientando mi escritura. Actualmente soy docente en la Universidad Nacional Federico Villarreal, la Universidad Tecnológica del Perú, Alas Peruanas e instituto SENATI. A mis estudiantes les invito a compartir la literatura, la lectura, y a descubrir la poesía.
- poemas
ENCLAUSTRADO
La ventanita se cerró. Detrás quedaron las gotas de rocío, pequeñas, asustadizas como las palomas que caminaban por el tejado. Intenté cogerlas alguna vez pero desistí en el intento.
…
El silencio concluyó y en medio la sala las notas empezaron a resonar en medio de la oscuridad.
…
No tenía muchas ganas de salir a la calle pues tenía miedo de las pequeñas estatuillas de la tía Clifor que quedaron azuladas de tanto mirarlas. No encuentro nada divertido en esas acciones aunque a mamá si le encantaba, mirarlas, husmear las entrañas de las personas de cemento como decía. Ella podía entenderlos.
Ahora ya no hay Wagner en medio del almuerzo, ni alboroto en los pasadizos, solo destellados resplandores que se incrustan por la ventana. No sé si es primavera o verano, perdí la noción del tiempo, de las visitas a diario.
Solo la ventanita es la verdadera luz, la calles amarrillas son las correctas, el sendero es el original.
Pero pesar de eso me siento perdido, en mi casa, porque mi casa no es mi casa, no tengo nada ni las pequeñas luces que se sientan a mi lado en las noches que tengo frio, siento también mucha angustia en las paredes verdes, amarillas y luego rojas, es cierto que muchos piensan que estoy loco pero esa proposición es una teoría sin fundamento, sin salidas axiomáticas. No estoy loco solo siento diferente, como diferente, amo diferente.
Indistintamente a esto sólo, camino por las ventanas de mi cuarto, sueño que soy Gregorio Samsa, que soy Quijote y conquisto el cielo, las cañerías. Para mí la ducha es un enorme monstruo que se empecina en querer borrar mi lucidez irreverente con sus torrentes gélidos.
Y cuando la noche cae en silencio, la ventanita de sumerge en una oscuridad lunática, no entiendo las estaciones ni los cambios climáticos, es cierto no tengo ropa, ni zapatos para salir huyendo, aunque no quisiera irme dejando las estatuas de tía Clifor ni las gotitas de lagrima que alguna vez cayó sobre el sofá, que son las pocas muestras de mi existencia.
Pero siento que cada instante es una eternidad, ahora entiendo el tiempo, los teoremas de los libros, la lucidez de la que me hablaron, de los cortes del viento en mi cuerpo los cuales son profundas y por ellas discurre un apetitoso líquido, y ahora comprendo que ello es la sangre y me fascina que viaje por la sala, por los vasos rotos, por los platos vacíos, por fotografías sin nombre ni personajes.
Ahora entiendo que es la muerte, que es el amor verdadero. Una lenta lámpara ilumina el cuarto, un sonido se escucha a lo lejos, es Walkiria, con notas afiladas. Mis tímpanos se destruyen. Ya no escucho nada. Y a lo lejos con una luz irreverente… la ventanita se abre otra vez.
INHUMADO
Sonidos …
Agradables a la luz de la sombra
Se discurren por las ventanitas
Multicolores
Pequeñas
Como ojitos de mosca.
Una habitación, de 1 metro por 160.
No tengo amigos
No. Ninguno.
No camino mucho.
Tampoco como,
Solo sueño, siento.
Otras veces tengo miedo
Encerrado, con rasguños en las paredes
Intentando empujar la tapa
Pero es incensario, hay demasiada tierra encima.
Cierro los ojos, y todo está bien.
El tiempo se congeló hace mucho,
No sé en qué año estamos,
Pero hoy es un día muy especial
Ya no estoy solo.
Creo que tengo visitas.
Escucho voces, susurros.
Cierro los ojos, empiezo a sentir miedo
El polvo se incrementa en mi habitación,
El sonido se pierde, y solo son voces.
Sigo con los ojos cerrados, y escucho…
Sigan escarbando … algo de mueve allí abajo.
ARREBOL
Abrí las ventas ajustadas de recuerdos,
Intente descubrir más allá de las nubes
Y vi como tus manos se fueron posando
En esas pequeñas lapidas, amarillentas,
Desnutridas de verdades, de falacias que se arrinconan
En cada espacio de la lógica irredenta
En esos puntos que son mis verdades y en esas miradas inquisidoras
Que me niegan la verdad, la misma que intente descubrir en mis apasionamientos inanes
Aquellas que me hicieron perder mis fémur, de perder recuerdos, de cubrí con óseos parlantes
Que bailan en tus rastros y se adiestran en mi nueva ruta en mi nuevo proyecto
Estas canciones fueron perpetradas por violines y arpas de cuerdas rotas y carcomidas por el dolor
y las lágrimas que se encargaron de lacerar más allá de mis tierras
Más allá de esos posos que acogen a los desposeídos, a los que esperan a la silente muerte
La misma que perpetra en esos ojos que fungen de océanos, de calmosos y furtivos movimientos
De esas descargas que se arrinconan con los fugaces recuerdos en tan solo segundos
Y sentir como se adentra en tu cuerpo de cómo te quita la vigilia y los sueños
Sientes que tus manos, con vida aun, se desvalijan persistentes, que esa saliva espesa rojiza no es sino
Tus dudas, tu elucubraciones que al fin salieron a conocer el mundo
A descubrir el mar infinito lleno de burbujas, de esos paseos de esas miradas desde la ventana
Minimalista, desde esos orificios que no permitían escudriñar todo el su real dimensión.
Sino solo la masa gris y azulada que fue esos días y meses, que finalmente se unieron con conmigo
Para formar este cuerpo mortuorio con incrustaciones de proyectiles que serán mis distinción
mi sex-apeal en este circo romano, en esta presentación que me sonroja, que me agrieta el pudor
por mis vomitos adornando el estante y mis ojos infranqueables ornando las persianas, las paredes
y al público presente-ausente, no se digna a verme a redescubrir mi cuerpo lacerado
de esa imagen que descansa frente al mar y que hoy son solo retazos que descansa en mi prole
atrapada en recuerdos alternados.
Veo nuevamente ese cielo tupido de algodones
Miro el mar infinito con destellos de color rojizo.
Foto abridora: "Mural" de Jackson Pollock